Las várices para muchos solo representan un problema estético, dejando de lado las complicaciones que pueden presentarse provocando grandes secuelas en la salud. Las venas tienen válvulas que ayudan a mantener la sangre fluyendo en una sola dirección hacia su corazón. Si las venas se encuentran dañadas o deterioradas, la sangre puede acumularse haciendo que los conductos se hinchen hasta conducir a venas varicosas.
Las várices gruesas son venas mas dilatadas y tortuosas. Los síntomas se manifiestan gradualmente y en aumento hasta poder provocar efectos mayores como cambios en la coloración de la piel o edemas.
Por otro lado, las várices araña o telangectasias, son muy similares pero mucho más pequeñas, menos dañinas y menos dolorosas que las primeras y radican en un problema estético solamente ya que son capilares venosos propios de la piel, que se desarrollan con frecuencia en mujeres desde la tercera década, asociadas la influencia hormonal femenina y con un importante factor genético o hereditario, y rara vez tienen relación causal con las várices, aunque pueden coexistir.